REFLEXIÓN DIARIA DE LA PALABRA DE DIOS.
Miércoles 12 de octubre de 2016
LA LIBERTAD NUESTRA NO PUEDE SIGNIFICAR QUE CADA UNO PUEDE DECIDIR POR SI MISMO QUE ES LO BUENO Y QUE ES LO MALO.
Por Fray Nelson Medina, OP.
El amor que recibo de la cruz es libertad que me da Dios para no ser esclavo de la ley y al mismo tiempo es fruto del amor que doy para que mi vida sea expresión de la gloria divina.
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Primera Lectura: Gálatas 5, 18-25
"Los que son de Cristo han crucificado su carne con sus pasiones."
Salmo responsorial: 1
"El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida."
Será como un árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón / y no se marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin. R.
"Los que son de Cristo han crucificado su carne con sus pasiones."
Hermanos: Si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley. Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Contra esto no va la ley.
Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Salmo responsorial: 1
"El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida."
Dichoso el hombre / que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la senda de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos; / sino que su gozo es la ley del Señor, / y medita su ley día y noche. R.
Será como un árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón / y no se marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin. R.
Evangelio: Lucas 11, 42-46
¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros, juristas!"
En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!" Un jurista intervino y le dijo: "Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros". Jesús replicó: "¡Ay de vosotros también, juristas que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!"
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