miércoles, 17 de agosto de 2016

Reflexión diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Miércoles 17 de agosto de 2016

"SIRVAMOS AL MEJOR DE LOS PATRONES"

Mientras estamos en este mundo, estamos invitados a trabajar en la viña del Señor. Algunos fueron contratados desde muy temprano, cuando aún eran pequeños; otros tuvieron su encuentro con Dios cuando ya eran jóvenes o en la edad adulta sucedió algo que los hizo despertarse para el trabajo en el reino de Dios. Pero otros, al atardecer, cuando ya estaban jubilados o cuando ya entraban en la última hora, experimentaron la misericordia de Dios y decidieron trabajar. En esta viña nunca es tarde para empezar a trabajar, el patrón pagará muy bien a todos. Decídete y ponte a servir al mejor de los patrones. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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"El reino de los cielos se parece a un hacendado que salió a contratar trabajadores para su viña." (Mt 20, 1)
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Primera Lectura: Ezequiel 34, 1-11
"Libraré a mis ovejas de sus fauces, para que no sean su manjar"

Me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza, diciéndoles: "¡Pastores!, esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores?

Os coméis su enjundia, os vestís con su lana; matáis las más gordas, y las ovejas no las apacentáis. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas; no recogéis a las descarriadas, ni buscáis las perdidas, y maltratáis brutalmente a las fuertes.

Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras del campo. Mis ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo por montes y altos cerros; mis ovejas se dispersaron por toda la tierra, sin que nadie las buscase, siguiendo su rastro.

Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: '¡Lo juro por mi vida! -oráculo del Señor-. Mis ovejas fueron presa, mis ovejas fueron pasto de las fieras del campo, por falta de pastor; pues los pastores no las cuidaban, los pastores se apacentaban a sí mismos; por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor:

Así dice el Señor: Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores; libraré a mis ovejas de sus fauces, para que no sean su manjar."' Así dice el Señor Dios:

"Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.""

Salmo responsorial: 22
"El Señor es mi pastor, nada me falta."

El Señor es mi pastor, nada me falta: / en verdes praderas me hace recostar; / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas.  R.

Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. / Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan.  R.

Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa.  R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa del Señor / por años sin término.  R.

Evangelio: Mateo 20, 1-16
¿Vas a tener tú envidia porque soy yo bueno?"

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: "Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado". El les dijo: "Id también vosotros a mi viña". Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros".

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno". El replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".
 



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