REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.
Domingo 01 de mayo de 2016
"EL QUE ME AMA SERÁ FIEL A MI PALABRA"
Ser cristiano es nacer de nuevo, esto es, recibir de nuevo el soplo de la vida: el Espíritu Santo. Permitir que él nos enseñe todas las cosas. Dejar que él nos recuerde a cada instante y ante cada situación las palabras de Jesús, que serán, sin lugar a dudas, luz para nuestros pasos. Pero es muy importante, tener presente que esto no sirve solamente para los consagrados, los sacerdotes.... es para todos. Para todos los bautizados, en la familia, en el trabajo, en la recreación. Paz y bien.
Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.
“El Espíritu Santo que el Padre les enviará en mi nombre les va a enseñar todas las cosas y les recordará todas mis palabras." (Jn 14, 23-29).
¡Querido hermano, querida hermana, Paz y Bien!
Estamos ya celebrando el VI domingo de Pascua, y Jesús empieza a preparar a sus discípulos para su partida. Él ya reveló el plan de Dios, su misericordia y su gracia. Ya apareció resucitado a sus discípulos, manifestando su victoria sobre el mal. Su misión está concluyendo. Ahora son sus discípulos los que deben portar adelante el mensaje evangélico, haciendo llegar a todas partes la realidad de la salvación y de la vida renovada.
Pero, ¿cómo es posible que estos discípulos, tan miedosos, frágiles e inconstantes puedan llevar adelante la obra de Jesús? ¿Cómo puede Jesús confiar en ellos, si él conoce todas sus limitaciones? La respuesta es simple: Jesús está confiando no en sus fuerzas, pero sí en la docilidad que ellos deben tener a la fuerza de Dios: el Espíritu Santo.
Después de estos tres años de convivencia, después de todo lo que ellos vivieron juntos y, principalmente, después de reconocer que aquel Jesús que fue muerto por la maldad, la envidia, el egoísmo, las ganas de poder..., Dios lo había resucitado, entonces ellos ya habían aprendido la difícil lección: para servir a Dios basta abandonarse. Para Dios no es importante que tengamos todos los valores, todas las cualidades o que seamos superdotados, para Él lo importante es que sepamos dejarlo actuar.
Talvez esto sea una cosa muy difícil para nosotros. Desde el inicio del mundo buscamos ser independientes y autosuficientes. Queremos construir nosotros mismos nuestra felicidad. Nos creemos ser los más inteligentes y pensamos que solamente haciendo nuestras propias elecciones podremos realizarnos. Por eso es realmente muy difícil dejarse conducir por Dios. Permitir que Él agarre el timón de nuestras vidas exige mucha madurez y también exige ser muy dueños de nosotros mismos. Jesús, tiene la esperanza que ahora los apóstoles están listos para vivir esta nueva fase de sus vidas. Es por eso que les anuncia el don del Espíritu Santo.
Nuestro gran problema es que en general no queremos conocer la voluntad de Dios. No estamos convencidos de su amor para con nosotros y por eso tenemos miedo de las cosas que él pueda querer de nuestras vidas. En general hacemos nuestros planes según nuestros deseos, a veces muy mezquinos, y entonces rezamos y rezamos para que Dios los asuma, los bendiga y haga que tengan éxito. Pero esto aun no es cristianismo!!! Aunque rezáramos mucho, si nuestras oraciones son para convencer a Dios de que haga lo que nosotros queremos, no pasamos de paganos disfrazados de cristianos.
Ser cristiano es nacer de nuevo, esto es, recibir de nuevo el soplo de la vida: el Espíritu Santo. Permitir que él nos enseñe todas las cosas. Dejar que él nos recuerde a cada instante y ante cada situación las palabras de Jesús, que serán, sin lugar a dudas, luz para nuestros pasos. Pero es muy importante, tener presente que esto no sirve solamente para los consagrados, los sacerdotes.... es para todos. Para todos los bautizados, en la familia, en el trabajo, en la recreación...
Que el Señor nos dé la gracia, de estar tan convencidos de su amor como lo estaban los apóstoles después de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, para que como ellos podamos abrirnos sin resistencias ni miedos a la acción del Espíritu Santo. Si obramos así, seremos nosotros también piedras vivas de la Iglesia de Cristo.
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno. Mariosvaldo Florentino, capuchino._______________________________________________________
Primera Lectura: Hechos de los apóstoles 15, 1-2. 22-29
"Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables"
En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia.
Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsaba y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: "Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo.
Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud."
Salmo responsorial: 66
(Escuchar el salmo y descargar mp3)
"Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.".
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R.
Segunda Lectura: Apocalipsis 21, 10-14. 22-23
"Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo"Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R.
Segunda Lectura: Apocalipsis 21, 10-14. 22-23
El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios.
Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido.
Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel.
A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas.
La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.
La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero
Evangelio: Juan 14, 23-29
"El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho"
Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido.
Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel.
A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas.
La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.
La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero
Evangelio: Juan 14, 23-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amárais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo."
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amárais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo."
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