REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.
Sábado 04 de junio de 2016
"SU MADRE GUARDABA TODAS ESTAS COSAS EN SU CORAZÓN"
Qué lindo es usar el corazón para amar, para servir y para guardar las cosas de Dios. Así fue y es, hasta hoy, el corazón de la Madre de Jesús. Un corazón atento para interceder por nosotros cuando en nuestra vida falta el vino de la alegría, del perdón y de la paz. María continua siendo hasta hoy la mujer del “sí”, siempre disponible a ir a nuestras montañas para ayudarnos como lo hizo con Isabel, o para asumirnos como sus hijos e ir a habitar en nuestras casas, como lo hizo con Juan después de la pasión. Déjate amar también por la Virgen María. Paz y bien.
Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.
"Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón" (Lc 2, 51)
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Primera Lectura: Isaías 61, 9-11
"Desbordo de gozo con el Señor"
La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor.
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor.
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
Interleccional: 1Samuel 2, 1. 4-8
"Mi corazón se regocija por el Seño, mi salvador."
Mi corazón se regocija por el señor, / mi poder se exalta por Dios; /mi boca se ríe de mis enemigos, / porque gozo con tu salvación. R.
Se rompen los arcos de tus valientes, / mientras los cobardes se ciñen de valor; / los hartos se contratan por el pan, / mientras los hambrientos engordan;/ la mujer estéril da a luz siete hijos,/ mientras la madre de muchos queda baldía. R.
El Señor da la muerte y la vida, / hunde en el abismo y levanta; / da la pobreza y la riqueza, / humilla y enaltece. R.
Él levanta del polvo al desvalido, / alza de la basura al pobre, / para hacer que se siente entre príncipes / y que herede un trono de gloria. R.
El Señor da la muerte y la vida, / hunde en el abismo y levanta; / da la pobreza y la riqueza, / humilla y enaltece. R.
Él levanta del polvo al desvalido, / alza de la basura al pobre, / para hacer que se siente entre príncipes / y que herede un trono de gloria. R.
Evangelio: Lucas 2,41-51
"Conservaba todo esto en su corazón"
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.”
Él les contestó:
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón .
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.”
Él les contestó:
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón .
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