domingo, 28 de enero de 2018

El Ángelus del Papa Francisco

PALABRAS PREVIAS AL ANGELUS

Domingo 28 de enero de 2018. Antes del rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco explicó en qué se sustenta la autoridad y el poder de Jesús que dejaron asombrados a sus coetáneos.

“Los escribas, de hecho, enseñaban sin tener una autoridad propia. Se basaban en la tradición, en aquello que antes que ellos habían dicho Moisés y los profetas. Jesús, por el contrario, enseña como alguien que tiene autoridad, revelándose como el Enviado de Dios, y no como un simple hombre que debe fundamentar su enseñanza en las tradiciones precedentes. Jesús tiene autoridad”.





Papa Francisco: «Jesús es nuestro Maestro, poderoso en obras y palabras.»

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de este domingo (véase Marcos 1: 21-28) es parte de la narración más amplia conocida como el "día de Cafarnaúm". En el centro de la historia de hoy está un exorcismo, a través del cual Jesús se presenta como un poderoso profeta en palabras y obras.

Él entra a la sinagoga de Cafarnaúm en el sábado y se pone a enseñar; las personas quedan sorprendidas por sus palabras, porque no son palabras comunes, no se parecen a lo que generalmente escuchan. Los escribas, de hecho, enseñan pero sin tener una propia autoridad: se basan en la tradición, en lo que dijeron antes de ellos Moisés y los profetas. Jesús, por otra parte, enseña como alguien que tiene autoridad, revelándose a sí mismo como el Enviado de Dios, y no como un simple hombre que debe fundar su enseñanza en tradiciones precedentes. Jesús tiene plena autoridad. Y Jesús enseña con autoridad. Jesús, por otro lado, enseña como alguien que tiene autoridad, revelándose a sí mismo como el enviado de Dios, y no como un hombre simple que debe basar su enseñanza solo en tradiciones previas. Jesús tiene plena autoridad. Su doctrina es nueva y el Evangelio dice que la gente comentó: "Una nueva enseñanza, dada con autoridad" (v. 27).

Al mismo tiempo, Jesús también es poderoso en sus obras. En la sinagoga de Cafarnaúm hay un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se manifiesta gritando estas palabras: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios». (V.24). El diablo dice la verdad: Jesús ha venido a derrotar al diablo, a derrotar al diablo, a vencerlo Este espíritu inmundo conoce el poder de Jesús y también proclama su santidad. Jesús lo increpa diciéndole: «Cállate y sal de este hombre». (v. 25). Estas pocas palabras de Jesús son suficientes para obtener la victoria sobre Satanás, que sale de ese hombre «lo sacudió violentamente, y gritando en alta voz», dice el Evangelio (v. 26).

Este hecho impresiona mucho a los presentes. Todos están asustados y se preguntan: «¿Qué es esto? [...] da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!». El poder de Jesús confirma la autoridad de su enseñanza. Él no pronuncia sólo palabras, sino que actúa. Así manifiesta el plan de Dios con las palabras y con el poder de las obras. De hecho, en el Evangelio vemos que Jesús, en su misión terrenal, revela el amor de Dios mediante la predicación como mediante innumerables gestos de atención y ayuda a los enfermos, a los necesitados, a los niños y a los pecadores.

Jesús es nuestro Maestro, poderoso en palabras y obras. Jesús nos comunica toda la luz que ilumina las calles, a veces oscuras, de nuestra existencia; también nos comunica la fuerza necesaria para superar dificultades, pruebas, tentaciones. ¡Pensemos en la gran gracia que es para nosotros haber conocido a este Dios tan poderoso y tan bueno! Un maestro y un amigo, que nos indica el camino y cuida de nosotros, especialmente cuando lo necesitamos.

Que la Virgen María, mujer de la escucha, nos ayude a hacer silencio alrededor y dentro de nosotros para escuchar, en el estruendo de los mensajes del mundo, la palabra con más autoridad que existe: aquella de su Hijo Jesús, que anuncia el sentido de nuestra existencia y nos libera de toda esclavitud, también de aquella del Maligno.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer llegó de Afganistán la dolorosa noticia de la terrible matanza terrorista llevada a cabo en la capital, Kabul, con más de un centenar de muertos y numerosos heridos. Pocos días atrás, otro atentado grave, siempre en Kabul, había sembrado terror y muerte en un gran hotel. ¿Hasta cuándo el pueblo afgano tendrá que soportar esta violencia inhumana? Recemos en silencio por todas las víctimas y por sus familias; y recemos por cuantos, en ese país, siguen trabajando para construir la paz.

Se celebra hoy la Jornada Mundial de los enfermos de lepra. Lamentablemente esta enfermedad todavía afecta principalmente a las personas más desfavorecidas y pobres. A estos hermanos y hermanas les aseguramos nuestra cercanía y solidaridad; y rezamos también por aquellos que los asisten y trabajan para su reintegración en la sociedad.

Saludo a las familias, a las parroquias, a las asociaciones y a todos los que han venido de Italia y de muchas partes del mundo. En particular, a los estudiantes de Badajoz (España), alos fieles de Ljubljana (Eslovenia) y los de Venecia y Veglie.

¡Con gran afecto saludo a los niños y niñas de la Acción Católica de la Diócesis de Roma! Espero que incluso haciendo ruido, sepan hacer cosas buenas, ¿verdad? Queridos jóvenes, también este año, acompañados por el Arzobispo Vicario, por vuestros padres y educadores y por vuestros sacerdotes asistentes, habéis llegado al final de la "Caravana de la Paz". Gracias por esta iniciativa. Gracias, muchas gracias! ¡No os canséis de ser instrumentos de paz y alegría entre vuestros seres cercanos! Ahora escuchemos todos los mensajes que leerán sus amigos, aquí a mi lado.

[Los niños leen el mensaje mensaje]

[Dirigiéndose a los dos niños que leyeron el mensaje]: Gracias, gracias. Quédate aquí ¡Saluda, di hola, di hola, sin miedo!

Y ahora, junto con nuestras oraciones por la paz, cada uno de nosotros en su corazón ora por la paz. ¡Junto con estas oraciones, los globos se elevarán hacia el cielo!.
 

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