Reflexión diaria del evangelio.

Lecturas diarias de la liturgia, reflexiones diarias del Evangelio.

Reflexión diaria de la Palabra de Dios.

Lecturas diarias de la liturgia, reflexiones diarias de la Palabra de Dios.

El rezo diario del santo rosario

El Rezo diario del Santo Rosario y la meditación nos ayudan a contemplar los misterios de nuestra salvación.

Audiencia de los miércoles del Papa.

Durante la Audiencia General, el Papa dedica una catequesis sobre un tema en particular, después la resume en diferentes lenguas.

Mensaje del Papa previo al rezo del Angelus.

El Papa dirige su mensaje y reza el Ángelus con los fieles.

domingo, 25 de febrero de 2018

El Ángelus del Papa Francisco

PALABRAS PREVIAS AL ANGELUS

Domingo 25 de febrero de 2018. El Papa Francisco explicó, antes del rezo del Ángelus este domingo 25 de febrero en la Plaza de San Pedro del Vaticano, qué significó la transfiguración de Jesús ante sus discípulos poco antes de la Pasión.

En el Evangelio de este segundo domingo de Cuaresma se narra la transfiguración de Jesús. “Este episodio va unido a lo que había ocurrido seis días antes, cuando Jesús había revelado a sus discípulos que en Jerusalén iba a ‘sufrir mucho, a ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y los escribas, asesinado y, tres días después, resucitar’”.

“La transfiguración ayuda a los discípulos, y también a nosotros, a comprender que la pasión de Cristo es un misterio de sufrimiento, pero, sobre todo, un regalo de amor infinito por parte de Jesús”.





Papa Francisco: «¿Qué fue la transfiguración de Jesús?»

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy, segundo domingo de Cuaresma, nos invita a contemplar la transfiguración de Jesús, (Mc 9,2 -10). Este episodio está relacionado con lo que sucedió seis días antes, cuando Jesús reveló a sus discípulos que en Jerusalén tendría que “sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días” (Mc 8,31).

Este anuncio puso en crisis a Pedro y a todo el grupo de discípulos que rechazaron la idea de que Jesús fuera rechazado por los líderes del pueblo y asesinado. Esperaban un Mesías poderoso, fuerte, dominador. Al contrario, Jesús se presenta como un siervo humilde, dulce, servidor de Dios, servidor de los hombre, que debería dar su vida en sacrificio, pasando por el camino de la persecución, del sufrimiento y de la muerte. ¿Cómo poder seguir un Maestro y Mesías cuyo hecho terrenal se habría terminado de aquel modo? es lo que ellos pensaban. La respuesta llega justo por la transfiguración: ¿Qué es la transfiguración de Jesús?. Una aparición pascual anticipada.

Jesús tomó consigo a los tres discípulos Pedro, Santiago y Juan y los condujo, a ellos solos aparte a lo alto de un “monte”, (Mc 9,2) y allí, por un momento, muestra su gloria, gloria del Hijo de Dios. Este acontecimiento de la transfiguración les permite así a los discípulos de afrontar la pasión de Jesús de manera positiva, sin ser arrollados. Le han visto como sería después de la Pasión, glorioso. Y así Jesús les prepara para la prueba. La transfiguración ayuda a los discípulos, y también a nosotros, a comprender que la pasión de Cristo, es un misterio de sufrimiento, pero es sobre todo un don de amor infinito de parte de Jesús. El acontecimiento de Jesús que se transfigura en la montaña nos hace también comprender mejor su resurrección. Para comprender mejor el misterio de la cruz. Para comprenderlos, en efecto, es necesario saber con antelación que el que sufre y que es glorificado no es sólo un hombre, sino que es el Hijo de Dios, que por su amor fiel hasta la muerte, nos ha salvado. El Padre renueva así, su declaración mesiánica sobre el Hijo, que ya hizo en las orillas del Jordán después del bautismo, y exhorta: “¡Escuchadle!” (v.7) .Los discípulos están llamados a seguir al Maestro con confianza y esperanza, a pesar de su muerte; la divinidad de Jesús tiene que manifestarse justamente sobre la cruz, justamente en su muerte ”de esta manera”, a tál punto que aquí el evangelista Marcos pone en la boca del Centurión la profesión de fe:”¡Verdaderamente, este hombre es el Hijo de Dios!”, (15,39).

Ahora dirigimos nuestra oración a la Virgen María, la criatura humana transfigurada interiormente por la gracia de Cristo. Nos encomendamos confiados a su ayuda maternal para continuar con fe y generosidad el camino de la Cuaresma.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

En estos días, mi pensamiento a menudo se dirige a la amada y martirizada Siria, donde la guerra se ha intensificado, especialmente en Ghouta Oriental”.

Este mes de febrero ha sido uno de los más violentos en siete años de conflicto, cientos, miles de víctimas civiles, de niños, de mujeres, ancianos; los hospitales se han visto afectados; el pueblo ya no puede conseguir comida… Hermanos y hermanas, todo esto es inhumano.

No se puede luchar contra el mal con otro mal”. Y la guerra es un mal. Por eso hago un llamamiento urgente”, “para que cese inmediatamente la violencia, para que se dé acceso a la ayuda humanitaria -alimentos y medicinas- y sean evacuados los heridos y enfermos.

Oremos juntos a Dios, para que esto suceda inmediatamente.

….Ave María…...

 

Reflexión Dominical de la Palabra de Dios

REFLEXIÓN DIARIA DE LA PALABRA DE DIOS.

Domingo 25 de febrero de 2018

LAS PALABRAS DEL PADRE NOS ABREN LOS OJOS PARA VER LA RELACIÓN CON EL HIJO

Por Fray Nelson Medina, OP.

 Esta debe ser la Cuaresma en la cual descubro de un modo renovado a Dios como mi Padre, teniendo una profunda relación de amor con Él.


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Primera Lectura: Génesis 22,1-2.9-13.15-18
"El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe"

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes." Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré."

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: "¡Abrahán, Abrahán!" Él contestó: "Aquí me tienes." El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo."

Abrahán levanto los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado a tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido."    

Salmo responsorial: 115
(Escuchar el salmo y descargar mp3) http://interletras.com/musicaliturgica/cantos%202/SALMOS/Ciclo%20B/15%20domingo%2002%20de%20cuaresma.mp3




Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida."

Tenía fe, aun cuando dije: / "¡Qué desgraciado soy!" / Mucho le cuesta al Señor / la muerte de sus fieles.  R.

Señor, yo soy tu siervo, / siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. / Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. R.

Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo, / en el atrio de la casa del Señor, / en medio de ti, Jerusalén.  R.

Segunda Lectura: Romanos 8,31b-34
"Dios no perdonó a su propio Hijo"

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

Evangelio: Marcos 9,2-10
"Éste e mi Hijo amado"

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo." De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos".

Reflexión Dominical del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Domingo 25 de febrero de 2018

"ESTE ES MI HIJO AMADO, ESCÚCHENLO."

Como todos sabemos, antes de su pasión Jesús subió al monte Tabor delante de algunos de sus apóstoles y manifestó a ellos su gloria. Y al dialogar con Moisés y con Elías reveló también una vez más, que Él era el mesías prometido y esperado.

Ciertamente esta visión de la gloria de Dios en Jesús transfigurado quería preparar a los apóstoles para el difícil momento de la pasión donde ellos verían a Jesús completamente desfigurado, cubierto de llagas, sufriente y escarnecido. El recuerdo de la gloria, debería ser para ellos consolación y fuente de esperanza en la fe. Nosotros queremos dedicar una pequeña reflexión sobre la voz del Padre Eterno. En este episodio de la transfiguración se escuchó la voz de lo alto que decía, “este es mi hijo amado, escúchenlo”.

Estas palabras nos hacen recordar aquellas mismas del bautismo de Jesús. Parece ser que cuando Dios padre habla tiene siempre el mismo mensaje, “Jesús es mi Hijo yo confío en Él, escúchenlo”. De hecho nosotros no tenemos otro camino de acceso al padre que no sea a través de Jesucristo. Él es el camino la verdad y la vida, nadie va al padre sino por Él. Quién quiere escuchar a Dios, quién quiere escuchar al padre, debe escuchar a Jesucristo. Él es la palabra de Dios que se hizo carne y habitó entre nosotros. Nadie conoce o puede conocer mejor a Dios que su propio Hijo. Los que buscan la conversión, los que buscan transformarse en sus vidas y conformarse a la voluntad de Dios, deben buscar escuchar su voz. Debe buscar descubrir y redescubrir su proyecto para cada uno, deben buscar la voluntad Dios ante las decisiones y opciones concretas que debe hacer.

¿Dónde poder escuchar a Dios? ¿Cómo podemos conocer su voluntad? En el episodio de la transfiguración, Dios nos dice que en Jesucristo lo podemos escuchar. Pero… ¿dónde podemos escuchar a Jesucristo? En primer lugar, en los Evangelios y en los otros libros del Nuevo Testamento, allí encontramos las palabras del nazareno que son eternas, válidas para siempre hechas a medida para cada uno de nosotros. La Iglesia nos enseña que cuando la palabra de Dios es proclamada y explicada en la liturgia, es Jesús mismo quien está hablando con su pueblo.

La biblia Puede ser también leída y meditada en los grupos de las familias y hasta sólo, igual será siempre Jesús que nos habla. No con un mensaje del pasado, sino con una instrucción actual de quien conoce nuestra historia y nuestro corazón. Es a mí también y a ti que hoy el Padre Eterno nos dice: “Este es mi hijo amado escúchenlo”. Dios no nos habla a través, o mejor, Dios también nos habla a través de hechos de la naturaleza. Jesús, es la palabra por medio de la cual todas las cosas fueron creadas. Así que, en la belleza del universo, de una cascada, de una montaña o de una flor, está también Jesucristo, Palabra viviente, dejándonos un mensaje.

También los avisos de alerta de la naturaleza, las inundaciones las sequías, las altas temperaturas, son voz de Dios pidiendo al hombre conversión y respeto por nuestra madre tierra. Dios, nos habla también, a través de los pobres, ellos son para nosotros presencia de Jesucristo, todo lo que hacen a uno de sus hermanos más pequeños, lo hacen a mí mismo. Por eso, cuando un pobre nos extiende la mano, nos ha habla, o nos pide ayuda es para nosotros una oportunidad para encontrarnos con Jesucristo y por lo tanto con Dios. También los pobres nos evangelizan, con todo, existen algunos lugares en los cuales Dios no nos habla, aunque muchos equivocadamente, lo buscan.

Por ejemplo, Dios, no nos habla a través del horóscopo, de las cartas, de los videntes de sesiones espiritas. La biblia condena con mucha fuerza, todas estas prácticas de adivinación y que buscan predeterminar el futuro. No son cosas de Dios, y Él no nos habla en ellas. Por eso debemos abandonar todas estas prácticas que manipulan y esclavizan las personas. Delante de estas cosas mi Padre Eterno diría, allí no está mi Hijo Amado, no escuchen.

Padre Santo, gracias por tu amor para con nosotros, gracias por hablarnos en Jesucristo, gracias porque te haces accesible en Él. Toca nuestros oídos y la dureza de nuestro corazón, a fin de que podamos verdaderamente escucharlo. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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«En eso se formó una nube que los cubrió con su sombra, y desde la nube llegaron estas palabras: «Este es mi Hijo, el Amado, escúchenlo.». (Mc 9, 7).
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Primera Lectura: Génesis 22,1-2.9-13.15-18
"El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe."

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes." Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré."

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: "¡Abrahán, Abrahán!" Él contestó: "Aquí me tienes." El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo."

Abrahán levanto los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado a tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido."

Salmo responsorial: 115
(Escuchar el salmo y descargar mp3) http://interletras.com/musicaliturgica/cantos%202/SALMOS/Ciclo%20B/15%20domingo%2002%20de%20cuaresma.mp3






Tenía fe, aun cuando dije: / "¡Qué desgraciado soy!" / Mucho le cuesta al Señor / la muerte de sus fieles.  R.

Señor, yo soy tu siervo, / siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. / Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. R.

Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo, / en el atrio de la casa del Señor, / en medio de ti, Jerusalén.  R.

Segunda Lectura: Romanos 8,31b-34
"Dios no perdonó a su propio Hijo"

Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? 

Evangelio: Marcos 9,2-10
"Éste e mi Hijo amado"

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo." De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos".

MISTERIOS GLORIOSOS

EL SANTO ROSARIO

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)

1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.

HOY ORAMOS POR: Por la salud y las intenciones del Papa Francisco, por los sacerdotes, por los cristianos perseguidos, por niños y los ancianos abandonados, por los enfermos, por los matrimonios en crisis y por las almas benditas del purgatorio.


MODO DE REZARLO

1. Hacer el signo de la cruz y rezar el símbolo de los apóstoles o el acto de contrición
2. Rezar el Padrenuestro
3. Rezar 3 Avemarías y Gloria.
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro.
5. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
6. Anunciar el segundo misterio. Rezar el Padrenuestro.
7. Rezar 10 Avemarías, GLORIA y Jaculatoria.
8. Anunciar el tercer misterio. Rezar el Padrenuestro.
9. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
10. Anunciar el cuarto misterio. Rezar el Padrenuestro.
11. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
12. Anunciar el quinto misterio. Rezar el Padrenuestro.
13. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
14. Rezar la Salve.
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domingo, 18 de febrero de 2018

El Ángelus del Papa Francisco

PALABRAS PREVIAS AL ANGELUS

Domingo 18 de febrero de 2018. Antes de rezar el Ángelus del domingo, el Papa Francisco realizó una breve explicación a las lecturas del día basándose en 3 pilares: las tentaciones, la conversión y la Buena Noticia y recordó que la Cuaresma es un tiempo propicio para luchar contra el Maligno.

“Jesús va al desierto para prepararse a su misión en el mundo. Él no necesita convertirse, pero, como hombre, debe pasar a través de esta prueba, sea para sí mismo, para obedecer a la voluntad del Padre, sea por nosotros, para darnos la gracia de vencer las tentaciones”.

El Papa aseguró que “esta preparación consiste en el combate contra el espíritu del mal”. “También para nosotros la Cuaresma es un tiempo de ‘agonismo’ espiritual: estamos llamados a afrontar al Maligno mediante la oración, para ser capaces, con la ayuda de Dios, de vencerlo en nuestra vida cotidiana”.





Papa Francisco: «Afrontar al Maligno en oración para vencerlo con la ayuda de Dios en nuestra vida cotidiana.»

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio recuerda los temas de la tentación, la conversión y la Buena nueva, tres temas.

El evangelista Marcos escribe, “el Espíritu empujó a Jesús al desierto y permaneció en el desierto durante 40 días, tentado por Satanás” (Mc 1,12-13). Jesús va al desierto a prepararse para su misión en el mundo. Él no necesita conversión, pero, como hombre, debe pasar por esta prueba, tanto para él mismo, obedecer la voluntad del Padre, como para nosotros, para darnos la gracia de vencer la tentación.

Esta preparación consiste en luchar contra el Espíritu del mal, contra el diablo. También para nosotros, la Cuaresma es un tiempo de “agonía” espiritual, estamos llamados a afrontar al Maligno mediante la oración, para ser capaces, con la ayuda de Dios, de vencerlo en nuestra vida cotidiana. Desafortunadamente el mal obra en nuestra existencia y en nuestro entorno, donde se manifiesta la violencia, el rechazo del otro, el encierro de uno mismo, las guerras, las injusticias.

Inmediatamente después de las tentaciones en el desierto, Jesús comienza a predicar el Evangelio, es decir, la Buena Nueva,– segunda palabra-. La primera era “tentación” la segunda “Buena nueva”. Y esta Buena nueva exige del hombre conversión-tercera palabra–y fe. Él anuncia, “el tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca”; luego él dirige esta exhortación: “Convertíos y creed en el Evangelio” (v. 15). Es decir, creed esta Buena nueva Creer en esta Buena Nueva que el reino de Dios está cerca.

Nosotros también tenemos necesidad de conversión en nuestra vida diaria-¡todos los días!-, y la Iglesia nos hace orar por esto. De hecho, nunca estamos suficientemente orientados hacia Dios y debemos dirigir constantemente nuestra mente y nuestro corazón hacia Él.

Para ello, debemos tener el coraje de rechazar todo lo que nos aleja del camino: los falsos valores que nos engañan y atraen nuestro egoísmo de manera solapada. Al contrario, debemos tener confianza en el Señor, en su bondad, y en su proyecto de amor para cada uno de nosotros.

La Cuaresma es un tiempo de penitencia, sí, pero no es un tiempo ¡triste!. Es un tiempo de penitencia, pero no un tiempo triste, de duelo. Es un compromiso gozoso y serio para despojarnos de nuestro egoísmo, de nuestro hombre viejo, y para renovarnos según la gracia de nuestro bautismo.

Solo Dios nos puede dar la verdadera felicidad: es inútil perder nuestro tiempo en buscarla fuera: en las riquezas, en los placeres, en el poder, en la carrera… El Reino de Dios, es la realización de todas nuestras aspiraciones, porque es, al mismo tiempo, salvación del hombre y gloria de Dios. En este primer domingo de Cuaresma, estamos llamados a escuchar con atención y a acoger esta llamada de Jesús a convertirnos y a creer en el Evangelio. Se nos exhorta a comenzar con compromiso el camino hacia la Pascua, para acoger cada vez más la gracia de Dios que quiere transformar el mundo en un Reino de justicia, de paz, y de fraternidad.

Que la Virgen María nos ayude a vivir esta Cuaresma en la fidelidad a la Palabra de Dios, y con oración continua, como lo hizo Jesús en el desierto. ¡No es imposible! Se trata de vivir los días con el deseo de recibir el amor que proviene de Dios y que quiere transformar nuestra vida y el mundo entero.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

En un mes, del 19 al 24 de marzo, cerca de 300 jóvenes de todo el mundo vendrán a Roma para una reunión preparatoria del Sínodo de octubre. Sin embargo, deseo ardientemente que todos los jóvenes puedan ser protagonistas de esta preparación. Deseo fuertemente que todos los jóvenes puedan ser protagonistas de esta preparación. Por lo tanto, podrán intervenir “on líne” a través de grupos lingüísticos moderados por otros jóvenes. La contribución de los "grupos de la red" se unirá a las de la reunión de Roma. Queridos jóvenes, pueden encontrar información en el sitio web de la Secretaría del Sínodo de los Obispos. ¡Os agradezco vuestra contribución para caminar juntos!

Los saludo a ustedes, a las familias, a los grupos parroquiales, a las asociaciones y a todos los peregrinos que vinieron de Italia y de diferentes países. Saludo a los fieles de Murcia, Vannes, Varsovia y Wroclaw; así como los de Erba, Vignole, Fontaneto d'Agogna, Silvi y Troina. Saludo a los muchachos del decanato de Baggio (Milán) y los de Melito Porto Salvo.

Al comienzo de la Cuaresma, que -como dije- es un viaje de conversión y lucha contra el mal, deseo dirigir un saludo especial a los detenidos: queridos hermanos y hermanas que están en prisión, los aliento a cada uno de ustedes a vivir el período de Cuaresma, como una oportunidad para la reconciliación y la renovación de la propia vida bajo la mirada misericordiosa del Señor. Él nunca se cansa de perdonar.

Pido a todos que se acuerden de rezar por mí y por los colaboradores de la Curia Romana, que esta noche comenzaremos la semana de Ejercicios Espirituales.

A todos les deseo un buen domingo. Os ruego, no os olvides de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto!
 

Reflexión Dominical de la Palabra de Dios

REFLEXIÓN DIARIA DE LA PALABRA DE DIOS.

Domingo 18 de febrero de 2018

EL DESIERTO ES EL ESPACIO DE LA RADICALIZACIÓN DE NUESTRAS OPCIONES

Por Fray Nelson Medina, OP.

 En Cuaresma al practicar la oración, el ayuno y la limosna participamos del desierto, reconocemos nuestra verdad y nos reencontramos con el plan de Dios.


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Primera Lectura: Génesis 9,8-15
"El pacto de Dios con Noé salvado del diluvio."

Dios dijo a Noé y a sus hijos: "Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra." Y Dios añadió: "Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes."   

Salmo responsorial: 24
(Escuchar el salmo y descargar mp3) http://interletras.com/musicaliturgica/cantos%202/SALMOS/Ciclo%20B/14%20domingo%2001%20de%20cuaresma.mp3




Tus sendas, Señor, son mi misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza."

Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.  R.

Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas. / Acuérdate de mí con misericordia, / por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes.  R.

Segunda Lectura: 1Pedro 3,18-22
"Actualmente os salva el bautismo"

Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas. Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.

Evangelio: Marcos 1,12-15
"Convertíos y creed en el Evangelio"

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."

Reflexión Dominical del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Domingo 18 de febrero de 2018

"EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO, EL REINO ESTÁ CERCA, CONVIÉRTANSE."

Jesús empieza su predicación haciendo una llamada a la conversión, todos nosotros somos invitados a entrar en este proceso de conversión continua, a conocer nosotros mismos y a permitir que Dios ilumine nuestra vida, Jesús nos dice, el Reino está cerca. La cercanía de Dios, la cercanía de su Reino, su propia presencia debe motivarnos a una vida nueva, de hecho, Jesús empieza su predicación llamando a algunas personas, ve pescadores y los invita a seguirlo y ellos lo hacen inmediatamente. También a mí, también a ti hoy el señor nos invita a un seguimiento serio, nos invita a mirar dentro de nosotros mismos, nos invita a abandonar las redes y a caminar en pos de Él. Ojala el Señor encuentre esta disponibilidad en nosotros, porque el tiempo ya es ahora. No tengo que decir, no mañana, no vamos a esperar un poco más, no cuando yo sea más viejo. Por algo hoy el Señor nos da la gracia de escuchar esta Palabra, hoy debe empezar nuestra conversión, hoy debe empezar nuestra apertura al Señor, si te está llamando por tu nombre, que conoce, que sabe quién eres, que sabe también tus defectos, por eso empieza invitándote, invitándome a una autentica conversión, a un cambio de vida, a un encuentro con Él que puede motivarnos a ser personas nuevas, renovadas desde el profundo de nuestro corazón, todos necesitamos de este encuentro con Cristo, abramos pues nuestros oídos, permitamos que Él pueda ir anunciándonos que cosas debo cambiar, en que debo renovarme para que así el Reino de Dios ya cercano se haga verdad en nuestra vida y todos los vean en nosotros. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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«Decía: «El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Renuncien a su mal camino y crean en la Buena Nueva.» (Mc 1, 15).
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Primera Lectura: Génesis 9,8-15
"El pacto de Dios con Noé salvado del diluvio."

Dios dijo a Noé y a sus hijos: "Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra." Y Dios añadió: "Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes."

Salmo responsorial: 24
(Escuchar el salmo y descargar mp3) http://interletras.com/musicaliturgica/cantos%202/SALMOS/Ciclo%20B/14%20domingo%2001%20de%20cuaresma.mp3




"Tus sendas, Señor, son mi misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza."

Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.  R.

Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas; / acuérdate de mí con misericordia, / por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes.  R.

Segunda Lectura: 1Pedro 3,18-22
"Actualmente os salva el bautismo"

Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas. Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.

Evangelio: Marcos 1,12-15
"Convertíos y creed en el Evangelio"

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."

MISTERIOS GLORIOSOS

EL SANTO ROSARIO

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)

1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.

HOY ORAMOS POR: Por la salud y las intenciones del Papa Francisco, por los sacerdotes, por los cristianos perseguidos, por niños y los ancianos abandonados, por los enfermos, por los matrimonios en crisis y por las almas benditas del purgatorio.


MODO DE REZARLO

1. Hacer el signo de la cruz y rezar el símbolo de los apóstoles o el acto de contrición
2. Rezar el Padrenuestro
3. Rezar 3 Avemarías y Gloria.
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro.
5. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
6. Anunciar el segundo misterio. Rezar el Padrenuestro.
7. Rezar 10 Avemarías, GLORIA y Jaculatoria.
8. Anunciar el tercer misterio. Rezar el Padrenuestro.
9. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
10. Anunciar el cuarto misterio. Rezar el Padrenuestro.
11. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
12. Anunciar el quinto misterio. Rezar el Padrenuestro.
13. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
14. Rezar la Salve.
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domingo, 11 de febrero de 2018

El Ángelus del Papa Francisco

PALABRAS PREVIAS AL ANGELUS

Domingo 11 de febrero de 2018. Durante el rezo del Ángelus este domingo 11 de febrero en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco se refirió a la Jornada Mundial del Enfermo que se celebra este domingo y señaló que ninguna enfermedad puede romper la relación con Dios, únicamente el pecado que es una enfermedad del corazón, una lepra que puede purificarse con el sacramento de la confesión.

“Hagamos un momento de silencio, y cada uno de nosotros…. puede pensar en su corazón, mirar en él y ver sus impurezas, sus pecados”.Y cada uno de nosotros…puede decir a Jesús: “si quieres puedes purificarme”. Esta es la invitación del Papa Francisco en el Ángelus.





Papa Francisco: «En la confesión Jesús nos purifica de la lepra del pecado.»

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este domingo, el Evangelio, según San Marcos, nos muestra a Jesús sanando todo tipo de enfermos. En este contexto, se sitúa la Jornada Mundial del enfermo, que se celebra hoy 11 de febrero, memoria de la Santa Virgen María de Lourdes. Por lo tanto, con el corazón vuelto a la gruta de Massabielle, contemplamos a Jesús como verdadero médico del cuerpo y del alma, que Dios Padre ha enviado al mundo para curar a la humanidad, marcada por el pecado y sus consecuencias.

El pasaje del Evangelio de hoy (cf. Mc 1,40-45) nos presenta la curación de un hombre enfermo de lepra, patología que en el Antiguo Testamento era considerada como una grave impureza y comportaba la separación del leproso de la comunidad: vivían solos. Su condición era verdaderamente penosa, porque la mentalidad de la época los hacía sentirse impuros no solo delante de los hombres sino también ante Dios, por eso el leproso del Evangelio suplica a Jesús con estas palabras: “Si quieres, puedes purificarme” (v. 40).

Al oír esto Jesús siente compasión (v. 41). Es muy importante fijar la atención sobre esta resonancia interior de Jesús, como hemos hecho a lo largo del Jubileo de la Misericordia. No se entiende la obra de Jesús, no se entiende a Cristo mismo, sino se entra en su corazón lleno de compasión y de misericordia. Esto es lo que le impulsa a extender la mano hacía aquel hombre enfermo de lepra, a tocarlo y decirle: “¡Quiero, queda purificado!” (v. 40). El hecho más sorprendente, es que Jesús toca al leproso, porque esto estaba absolutamente prohibido por la ley de Moisés. Tocar a un leproso significaba ser contagiado también dentro, en el espíritu, es decir, hacerse impuro. Pero en este caso el influjo no va del leproso a Jesús para transmitir el contagio, sino de Jesús al leproso para darle la purificación.

En esta curación, nosotros admiramos más allá de la compasión y de la misericordia, también la audacia de Jesús, que no se preocupa ni del contagio ni de las prescripciones, sino que está motivado por la voluntad de liberar a este hombre de la maldición que lo oprime.

Ninguna enfermedad es causa de impureza; la enfermedad ciertamente involucra a toda la persona, pero en ningún modo impide o prohíbe su relación con Dios. Al contrario, una persona enferma puede estar más unida a Dios. En cambio el pecado, esto sí nos hace impuros, el egoísmo, la soberbia, el entrar en el mundo de la corrupción, estas son enfermedades del corazón del cual se necesita ser purificado, dirigiéndonos a Jesús como el leproso: “¡Si quieres, puedes purificarme!”

Y ahora, hagamos un momento de silencio y cada uno de nosotros – vosotros, todos, yo – podemos pensar y ver en su corazón, ver dentro de sí y ver las propias impurezas, los propios pecados, cada uno de nosotros, en silencio, con la voz del corazón, decir a Jesús: “¡Si quieres, puedes purificarme!”. Hagámoslo todos en silencio.

“¡Si quieres, puedes purificarme!”

“¡Si quieres, puedes purificarme!”

Y cada vez que nos dirigimos al sacramento de la Reconciliación con el corazón arrepentido, el Señor nos repite también a nosotros: “¡Quiero, queda purificado!”. Así la lepra del pecado desaparece, volvemos a vivir con alegría nuestra relación filial con Dios y somos admitidos plenamente en la comunidad.

Por intercesión de la Virgen María, nuestra Madre Inmaculada, pidamos al Señor, que ha traído a los enfermos la salud, sanar también nuestras heridas interiores con su infinita misericordia, para darnos así la esperanza y la paz del corazón.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy se abren las inscripciones para la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Panamá en enero de 2019. Yo también, con la presencia de dos jóvenes, me inscribo ahora por Internet [hace clic en la tableta]. ¡Listo, me he inscrito como peregrino en la Jornada Mundial de la Juventud! Invito a todos los jóvenes del mundo a vivir con fe y con entusiasmo este evento de gracia y de fraternidad, ya sea acudiendo a Panamá o participando con su comunidad.

El 15 de febrero, en el Lejano Oriente y en varias partes del mundo, millones de hombres y mujeres celebrarán el Año Nuevo Lunar. Dirijo un cordial saludo a todas sus familias, con la esperanza de que vivan cada vez más la solidaridad, la fraternidad y el deseo de bien, contribuyendo a crear una sociedad en la que cada persona sea bienvenida, protegida, promovida e integrada. Invito a rezar por el don de la paz, tesoro precioso a perseguir con compasión, altura de miras y valentía. A todos los acompaño y bendigo.

Saludo a familias, parroquias, asociaciones y todos aquellos que vinieron de Italia y de muchas partes del mundo; en particular, los peregrinos de Murcia (España) y los niños de Guimarães (Portugal).

Saludo a la comunidad congoleña de Roma y me uno a su oración por la paz en la República Democrática del Congo. Recuerdo que esta intención estará particularmente presente en el Jornada de Oración y Ayuno que convoqué para el 23 de febrero.

Hoy hay muchas parroquias italianas y muchachos de posconfirmación, de la profesión de fe y del catecismo. No puedo nombrar a cada grupo, pero les agradezco a todos por su presencia y los animo a caminar con alegría, con generosidad, testimoniando en todas partes la bondad y la misericordia del Señor.

Un pensamiento particular dirijo a los enfermos que, en todas partes del mundo, además de la falta de salud, a menudo sufren soledad y marginación. La Santísima Virgen, Salus infirmorum, ayude a cada uno a encontrar consuelo en cuerpo y espíritu, gracias a la atención médica adecuada y la caridad fraterna que sabe cómo prestar una atención concreta y de apoyo.

A todos les deseo un buen domingo. Os ruego, no os olvides de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto!
 

Reflexión Dominical de la Palabra de Dios

REFLEXIÓN DIARIA DE LA PALABRA DE DIOS.

Domingo 11 de febrero de 2018

ARRODILLARSE ES UN ACTO DE HUMILDAD

Por Fray Nelson Medina, OP.

 El camino para encontrar sanación para nuestras dolencias es acercarnos a Cristo, reconocer nuestra necesidad, proclamar que Él es el Señor y esperar la hora de Dios.


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Primera Lectura: Levítico 13,1-2.44-46
"El leproso tendrá su morada fuera del campamento."

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza. El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: "¡Impuro, impuro!" Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento."   

Salmo responsorial: 31
(Escuchar el salmo y descargar mp3) http://interletras.com/musicaliturgica/cantos%202/SALMOS/Ciclo%20B/40%20domingo%2006%20%20del%20tiempo%20ordinario.mp3




Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación."

Dichoso el que está absuelto de su culpa, / a quien le han sepultado su pecado; / dichoso el hombre a quien el Señor / no le apunta el delito.  R.

Había pecado, lo reconocí, / no te encubrí mi delito; / propuse: «Confesaré al Señor mi culpa» / y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; / aclamadlo, los de corazón sincero.  R.

Segunda Lectura: 1Corintios 10,31-11,1
"Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo"

Hermanos: Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.

Evangelio: Marcos 1,40-45
"La lepra se le quitó, y quedó limpio"

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme." Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero: queda limpio." La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: "No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés." Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Reflexión Dominical del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Domingo 11 de febrero de 2018

"SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME."

Encontramos en este Evangelio un pequeñito diálogo entre un leproso y Jesús. Son pocas palabras, pero muy esenciales. De hecho, con sus gestos y unas cuatro palabras aquel leproso abrió completamente su corazón delante de Jesús. En primer lugar él se acercó. Los leprosos eran mantenidos lejos de todos, pues la lepra era contagiosa y para proteger a los demás un leproso no podía acercarse a nadie. Sin embargo, aquel leproso se acercó. En su corazón sencillo y sufrido el sentía que Dios no podía ser contaminado por su mal. Intuía que a Dios no le hace ningún daño cuando alguien se acerca para decirle que le necesita, aún que esté en el peor estado.

Sus pasos determinados eran marcados por la seguridad de que Dios no lo rechazaría. Aparte de acercarse, hizo un otro gesto muy significativo, cuando estaba cerquita de Jesús, él se arrodilló. Arrodillarse ante otra persona, es un gesto que habla por sí solo, al mismo tiempo en que se reconoce la grandeza del otro, se revela la propia pequeñez, la necesidad y la convicción de que el otro te puede ayudar.

Por eso a este gesto de súplica se acompañan las palabras, “si quieres puedes limpiarme”. Estas pocas palabras son una verdadera profesión de fe en Jesucristo.

¿Quién podría limpiar a un leproso sino Dios? El leproso sabía que el Dios que había hecho en todas las cosas podría también rehacerlas, pero él sabía también que más allá de lo que vemos y entendemos existe el misterio de la voluntad de Dios.

Muchas veces lo que creemos ser bueno para nosotros se transforma en nuestra perdición. Es por que este hombre dice: “si quieres”. Al final, Dios es siempre libre y sus proyectos están mucho más arriba de los nuestros.

La lepra, como todas las enfermedades, era entendida en el tiempo de Jesús como fruto del pecado. Y el pecado causador de la lepra solo podía ser un pecado muy grande, es por eso que este hombre pide a Jesús para hacer limpiado, ser purificado. Aunque, sabemos que las dolencias no son castigos por nuestros pecados, esta súplica nos permite pensar en nuestra lepra y espiritual, las dolencias de nuestro espíritu, nuestros vicios y nuestros pecados, Jesús tuvo compasión.

La palabra compasión es una palabra muy fuerte, tener compasión significa participar en la pasión de la otra persona. Pasión quiere decir dolor, el sufrimiento como cuando decimos la pasión de cristo. Y no en este caso pasión como un sentimiento de un súper afecto.

Entonces Jesús entró en el dolor de aquel leproso, sintió lo que él estaba sintiendo, le extendió la mano y lo tocó. Nadie podía tocar a un leproso, porque se volvía también un impuro. Pero como ya decimos, Dios no puede contaminarse con nuestras impurezas, sí esto para el leproso era fe, en Jesús esto era una verdad. Él no tenía miedo del leproso, no tenía miedo del pecador. Jesús lo toco y dijo: “Yo lo quiero, queda limpio”. Que palabras fuertes esta. Esta es la voluntad de Dios, “Queda limpio”.

Jesús revelador del padre, en este pequeño dialogo manifiesta el inmenso corazón de Dios nuestro padre, nuestro Dios ha tenido compasión de nosotros, nos extiende la mano nos toca y lleva en su corazón una voluntad, un proyecto sobre cada uno de nosotros.

Estimado hermano, viva en primera persona este Evangelio, acércate tú a Jesús, no importa cuán impuro estés, a Él no le vas a contaminar. Pero tú acércate, sea sincero y lleno de fe, arrodíllate ante Él y dígale, si quieres puedes limpiarme. Y más, pregúntale cuál es tu proyecto conmigo, y deja que Él te toque, porque así tu vida se transforma. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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«Se le acercó un leproso, que se arrodilló ante él y le suplicó: «Si quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Al instante se le quitó la lepra y quedó sano.» (Mc 1, 40-42).
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Primera Lectura: Levítico 13,1-2.44-46
"El leproso tendrá su morada fuera del campamento "

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza. El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: "¡Impuro, impuro!" Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento."

Salmo responsorial: 31
(Escuchar el salmo y descargar mp3) http://interletras.com/musicaliturgica/cantos%202/SALMOS/Ciclo%20B/40%20domingo%2006%20%20del%20tiempo%20ordinario.mp3




Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación."

Dichoso el que está absuelto de su culpa, / a quien le han sepultado su pecado; / dichoso el hombre a quien el Señor / no le apunta el delito.  R.

Había pecado, lo reconocí, / no te encubrí mi delito; / propuse: «Confesaré al Señor mi culpa» / y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; / aclamadlo, los de corazón sincero.  R.

Segunda Lectura: 1Corintios 10,31-11,1
"Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo"

Hermanos: Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.

Evangelio: Marcos 1,40-45
"La lepra se le quitó, y quedó limpio"

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme." Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero: queda limpio." La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: "No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés." Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

MISTERIOS GLORIOSOS

EL SANTO ROSARIO

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)

1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.

HOY ORAMOS POR: Por la salud y las intenciones del Papa Francisco, por los sacerdotes, por los cristianos perseguidos, por niños y los ancianos abandonados, por los enfermos, por los matrimonios en crisis y por las almas benditas del purgatorio.


MODO DE REZARLO

1. Hacer el signo de la cruz y rezar el símbolo de los apóstoles o el acto de contrición
2. Rezar el Padrenuestro
3. Rezar 3 Avemarías y Gloria.
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro.
5. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
6. Anunciar el segundo misterio. Rezar el Padrenuestro.
7. Rezar 10 Avemarías, GLORIA y Jaculatoria.
8. Anunciar el tercer misterio. Rezar el Padrenuestro.
9. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
10. Anunciar el cuarto misterio. Rezar el Padrenuestro.
11. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
12. Anunciar el quinto misterio. Rezar el Padrenuestro.
13. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
14. Rezar la Salve.
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miércoles, 7 de febrero de 2018

Audiencia de los miércoles del Papa Francisco

AUDIENCIA DE LOS MIÉRCOLES DEL PAPA FRANCISCO

Miércoles 07/02/2018. La nueva catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles trató sobre el Evangelio y la homilía en Misa. A este respecto señaló que las homilías deben estar bien preparadas y no aburrir. (VER EL VIDEO Y TEXTO COMPLETO).

“El diálogo entre Dios y su pueblo, desarrollado en la Liturgia de la Palabra en la Misa, alcanza su culmen en la proclamación del Evangelio”, dijo al comienzo. (RESUMEN EN ESPAÑOL)


El Papa Francisco en la Audiencia General:

«En la lectura del Evangelio tomamos conciencia de que Jesús sigue hablando y actuando en nuestros días.»

Queridos hermanos y hermanas:

Con la proclamación del Evangelio se llega al culmen de ese diálogo entre Dios y su pueblo que es la liturgia de la Palabra en la Misa. Del Evangelio viene la luz para comprender el sentido de los textos bíblicos que se han leído antes. Por eso, la liturgia rodea al Evangelio de una veneración particular. En efecto, sólo el ministro ordenado puede leerlo y cuando termina besa el libro; hay que ponerse en pie para escucharlo y hacemos la señal de la cruz sobre la frente, la boca y el pecho. La asamblea reconoce así la presencia de Cristo que le anuncia la buena noticia que convierte y transforma, y responde con la aclamación: «Gloria a ti, Señor Jesús». En la lectura del Evangelio tomamos conciencia de que Jesús sigue hablando y actuando en nuestros días.

A continuación viene la homilía. Como parte de la misma liturgia, no es un discurso o una conferencia, sino que retoma ese diálogo entre Dios y su pueblo. La predicación debe orientar a todos, también al predicador, hacia una comunión con Cristo en la Eucaristía que transforme la vida. Para ello, no sólo es importante que quien predica cumpla bien su ministerio, sino que también los que escuchan han de procurar hacerlo con las mejores disposiciones interiores.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Contemplando a la Virgen María, esforcémonos como Ella para escuchar la Palabra del Señor con un corazón dócil y sencillo, y así poder hacerla carne en nosotros traduciéndola en obras de amor y de santidad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

TEXTO COMPLETO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA



«El Papa recuerda que el Evangelio y las homilías bien hechas son fundamentales en Misa»
 
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Seguimos con las catequesis sobre la santa misa. Habíamos llegado a las lecturas.

El diálogo entre Dios y su pueblo, desarrollado en la Liturgia de la Palabra en la misa, llega al culmen en la proclamación del Evangelio. Lo precede el canto del Aleluya - o, en Cuaresma, otra aclamación - con el cual "la asamblea de los fieles acoge y saluda al Señor quién le hablará en el Evangelio"[1]. Como los misterios de Cristo iluminan toda la revelación bíblica, así, en la Liturgia de la Palabra, el Evangelio es la luz para entender el significado de los textos bíblicos que lo preceden, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Efectivamente "Cristo es el centro y plenitud de toda la Escritura, y también de toda celebración litúrgica"[2]. Jesucristo está siempre en el centro, siempre.

Por lo tanto, la misma liturgia distingue el Evangelio de las otras lecturas y lo rodea de un honor y una veneración particular[3]. En efecto, sólo el ministro ordenado puede leerlo y cuando termina besa el libro; hay que ponerse en pie para escucharlo y hacemos la señal de la cruz sobre la frente, la boca y el pecho; las velas y el incienso honran a Cristo que, mediante la lectura evangélica, hace resonar su palabra eficaz. A través de estos signos, la asamblea reconoce la presencia de Cristo que le anuncia la "buena noticia" que convierte y transforma. Es un diálogo directo, como atestiguan las aclamaciones con las que se responde a la proclamación, “Gloria a Ti, Señor”, o “Alabado seas, Cristo”. Nos levantamos para escuchar el Evangelio: es Cristo que nos habla, allí. Y por eso prestamos atención, porque es un coloquio directo. Es el Señor el que nos habla.

Así, en la misa no leemos el Evangelio para saber cómo han ido las cosas, sino que escuchamos el Evangelio para tomar conciencia de que lo que Jesús hizo y dijo una vez; y esa Palabra está viva, la Palabra de Jesús que está en el Evangelio está viva y llega a mi corazón. Por eso escuchar el Evangelio es tan importante, con el corazón abierto, porque es Palabra viva. San Agustín escribe que "la boca de Cristo es el Evangelio".[4] Él reina en el cielo, pero no deja de hablar en la tierra ". Si es verdad que en la liturgia "Cristo sigue anunciando el Evangelio"[5], se deduce que, al participar en la misa, debemos darle una respuesta. Nosotros escuchamos el Evangelio y tenemos que responder con nuestra vida.

Para que su mensaje llegue, Cristo también se sirve de la palabra del sacerdote que, después del Evangelio, pronuncia la homilía[6]. Vivamente recomendada por el Concilio Vaticano II como parte de la misma liturgia[7], la homilía no es un discurso de circunstancias, - ni tampoco una catequesis como la que estoy haciendo ahora- ni una conferencia, ni tampoco una lección: la homilía es otra cosa. ¿Qué es la homilía? Es “un retomar ese diálogo que ya está entablado entre el Señor y su pueblo",[8] para que encuentre su cumplimiento en la vida. ¡La auténtica exégesis del Evangelio es nuestra vida santa! La palabra del Señor termina su carrera haciéndose carne en nosotros, traduciéndose en obras, como sucedió en María y en los santos. Acordaos de lo que dije la última vez, la Palabra del Señor entra por los oídos, llega al corazón y va a las manos, a las buenas obras. Y también la homilía sigue a la Palabra del Señor y hace este recorrido para ayudarnos a que la Palabra del Señor llegue a las manos pasando por el corazón.

Ya he tratado el tema de la homilía en la Exhortación Evangelii gaudium, donde recordé que el contexto litúrgico " exige que la predicación oriente a la asamblea, y también al predicador, a una comunión con Cristo en la Eucaristía que transforme la vida.

El que pronuncia la homilía deben cumplir bien su ministerio – el que predica, el sacerdote, el diácono o el obispo- ofreciendo un verdadero servicio a todos los que participan en la misa, pero también quienes lo escuchan deben hacer su parte. En primer lugar, prestando la debida atención, es decir, asumiendo la justa disposición interior, sin pretensiones subjetivas, sabiendo que cada predicador tiene sus méritos y sus límites. Si a veces hay motivos para aburrirse por la homilía larga, no centrada o incomprensible, otras veces es el prejuicio el que constituye un obstáculo. Y el que pronuncia la homilía debe ser consciente de que no está diciendo algo suyo, está predicando, dando voz a Jesús, está predicando la Palabra de Jesús. Y la homilía tiene que estar bien preparada, tiene que ser breve ¡breve!. Me decía un sacerdote que una vez había ido a otra ciudad donde vivían sus padres y su papá le había dicho: “¿Sabes? Estoy contento porque mis amigos y yo hemos encontrado una iglesia donde si dice misa sin homilía”. Y cuántas veces vemos que durante la homilía algunos se duermen, otros charlan o salen a fumarse un cigarrillo…Por eso, por favor, que la homilía sea breve, pero esté bien preparada. Y ¿cómo se prepara una homilía, queridos sacerdotes, diáconos, obispos? ¿Cómo se prepara? Con la oración, con el estudio de la Palabra de Dios y haciendo una síntesis clara y breve; no tiene que durar más de diez minutos, por favor.

En conclusión, podemos decir que en la Liturgia de la Palabra, a través del Evangelio y la homilía, Dios dialoga con su pueblo, que lo escucha con atención y veneración y, al mismo tiempo, lo reconoce presente y activo. Si, por lo tanto, escuchamos la "buena noticia", ella nos convertirá y transformará y así podremos cambiarnos a nosotros mismos y al mundo. ¿Por qué? Porque la Buena Noticia, la Palabra de Dios entra por los oídos, va al corazón y llega a las manos para hacer buenas obras. Muchas gracias.