miércoles, 13 de abril de 2016

Reflexión diaria de la Palabra de Dios

REFLEXIÓN DIARIA DE LA PALABRA DE DIOS.

Miércoles 13 de abril de 2016

EL EVANGELIO DEBE HABITAR EN NOSOTROS CON TODA SU RIQUEZA.

Por Fray Nelson Medina, OP.

 Pidámosle a Cristo que Él sea nuestro todo, que nuestra vida esté sometida a su belleza, grandeza y gloria.

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Primera Lectura: Hechos 8,1b-8
"Al ir de un lugar para otro, iban difundiendo el Evangelio."

Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaría. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las casas y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres.

Al ir de un lugar para otro, los prófugos iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaría y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Salmo responsorial: 65
"Aclamad al Señor, tierra entera..

Aclamad al Señor, tierra entera; / tocad en honor de su nombre, / cantad himnos a su gloria. / Decid a Dios: "¡Qué terribles son tus obras!" R.

Que se postre ante ti la tierra entera, / que toquen en tu honor, / que toquen para tu nombre. / Venid a ver las obras de Dios, / sus temibles proezas en favor de los hombres. R.

Transformó el mar en tierra firme, / a pie atravesaron el río. / AIegrémonos con Dios, / que con su poder gobierna enteramente. R.


Evangelio: Juan 6,35-40
"Ésta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna"

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día."

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