domingo, 24 de abril de 2016

Reflexión Diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Domingo 24 de abril de 2016

"LA MARCA DISTINTIVA DEL CRISTIANO ES EL AMOR"

Les doy un mandamiento nuevo: que ustedes se amen unos a otros como yo les he amado. Ahora el criterio ya no es cuanto yo me amo, debo también amar a los demás. Ahora el criterio es Jesucristo, debo amar como Él me ha amado, esto significa, hasta el extremo, dando mi vida por mis amigos. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros." (Jn 13, 34).

¡Querido hermano, querida hermana, Paz y Bien!

Jesús pronunció estas palabras al final de la última cena, y seguramente los discípulos no la habían entendido en su profundidad. Ellos aun no sabían nada sobre el misterio de la cruz. No se imaginaban hasta qué punto Jesús estaba dispuesto a amarles.

Escuchando aquellas palabras, en aquella noche de fiesta, en el banquete de pascua, creo que habrán dicho: ¡lo haremos muy bien! ¡amaremos como tú nos has amado! Habrán recordado los tantos lindos momentos que habían vivido juntos en aquellos años. Tal vez pensaban, que también ellos debían hacer alguna fiesta para sus amigos, que debían invitarles a compartir sus alegrías.... Cuando en aquella misma noche Jesús fue preso por los soldados, los discípulos fueron tomados por el miedo, por el pánico y huyeron todos... Y Jesús hasta les ayudó a irse... ¡Si es a mí que me quieren, dejen que ellos que se vayan...!
Allí recién empezaba la gran prueba de amor que Jesús les quería dar... Jesús estaba dispuesto a dar su vida por sus amigos. Estaba dispuesto a permitir que le torturen... Estaba dispuesto a llevar una cruz en sus hombros... Estaba dispuesto a ser clavado en una cruz... Estaba dispuesto a perdonar a todos los que le habían hecho el mal... Estaba dispuesto a dar hasta su espíritu...

Estaba dispuesto dejar que abran su corazón con una lanza... Estaba dispuesto a entregar hasta su última gota de sangre... Y todo esto para decir que su amor era así, capaz de no pensar en sí mismo y darse completamente... capaz de amar hasta el extremo... hasta anularse completamente.

Los discípulos, aunque habían huido, supieron todo lo que le había sucedido. Mas en aquellos días estaban con tanto miedo, tan trastornados que, seguramente ni consiguieron pensar directamente en los hechos de la cruz... Es sólo cuando se encuentran con Cristo resucitado, una, dos, tres y muchas veces... despacito van perdiendo el miedo, y empiezan a recordar, reflexionar y entender muchas de aquellas palabras que Jesús les había dicho antes. La resurrección de Cristo, llenaba de luz cada palabra suya que antes había pronunciado. Ahora ellos podían comprender lo que parecía un enigma. Ahora ellos podían entender el mandamiento nuevo. El mandamiento antiguo era: ¡ama a tu prójimo como a ti mismo! Este ya era un mandamiento bastante exigente, pues cada uno cree que tiene más derechos que los demás. Nuestro egoísmo nos hace muy generosos con nosotros mismos y muy exigente con los demás. Pero, de igual modo el criterio del amor en este caso, al final soy siempre yo. Ahora Jesús les había dicho: mis discípulos deben asumir un nuevo criterio para el amor. Les doy un mandamiento nuevo: que ustedes se amen unos a otros como yo les he amado. Ahora el criterio ya no es cuanto yo me amo, debo también amar a los demás. Ahora el criterio es Jesucristo, debo amar como Él me ha amado, esto significa, hasta el extremo, dando mi vida por mis amigos.

Quien ama a los demás como se ama a sí mismo, ya hace una gran cosa, pero no será capaz de dar la vida, de aceptar hasta una injusticia, no será capaz de sacrificarse por los otros, pues el criterio será siempre el amarse a sí mismo... Pero, cuando el criterio es Jesucristo, el amor se transforma en algo mucho más exigente.

Que Cristo resucitado nos dé la gracia del Espíritu Santo y que nos enseñe a amar como Él nos ha amado....

El Señor te bendiga y te guarde, 
El Señor haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti. 
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno. Mariosvaldo Florentino, capuchino.
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Primera Lectura: Hechos de los apóstoles 14, 21b-27
"Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos"

En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.

En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir.

Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

Salmo responsorial: 144
(Escuchar el salmo y descargar mp3) Mp3




"Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.".

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.

Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.

Segunda Lectura: Apocalipsis 21, 1-5a
"Dios enjugará las lágrimas de sus ojos"

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: "Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado." Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Todo lo hago nuevo."

Evangelio: Juan 13, 31-33a. 34-35
"Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros"

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.

Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros."


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