martes, 5 de abril de 2016

Reflexión diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Martes 5 de abril de 2016

“HAY QUE CAMINAR DE ALGÚN MODO HACIA CRISTO

Todos queremos ser inmortales, queremos vivir para siempre. Sin embargo, sólo existe una posibilidad segura de que esto nos suceda de verdad: adhiriéndonos a Cristo Salvador. Los que creen en él, esto es, aceptan y viven su mensaje, no morirán sino serán transformados. Cristo es la puerta de la vida eterna y sólo la alcanza el que pase por él. No nos ilusionemos: quien en algún modo no camina hacia Cristo no resucitará. La salvación es para todos, pero Dios no llevará a la fuerza nadie al cielo. Hay que renacer en Cristo y así empezar la Vida eterna. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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"Para que todos los que crean en él tengan vida eterna" Jn 3, 15.
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Primera Lectura: Hechos 4,32-37
"Todos pensaban y sentían lo mismo."

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.

Salmo responsorial: 92
"El Señor reina, vestido de majestad..

El Señor reina, vestido de majestad, / el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

Así está firme el orbe y no vacila. / Tu trono está firme desde siempre, / y tú eres eterno. R.

Tus mandatos son fieles y seguros; / la santidad es el adorno de tu casa, / Señor, por días sin término. R.


Evangelio: Juan 3,5a.7b-15
"Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre"

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu." Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede suceder eso?" Le contestó Jesús: "Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna."

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