lunes, 10 de abril de 2017

Reflexión diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Lunes 10 de abril de 2017

"EL BIEN ES COMO EL PERFUME... SE EXPANDE"

Cuando tocamos algún perfume, difícilmente pasamos desapercibidos. Su olor tiende a propagarse. Así es también el bien. Cuando lo practicamos, él tiende a difundirse y, o arranca elogios y contagia a otros a hacer lo mismo, o puede también generar reacciones adversas. Ciertamente la motivación para hacerlo no debe ser la publicidad, pero no por eso debemos dejar de realizarlo. El perfume precioso que María usó en los pies de Jesús, impregnó todo el ambiente y aunque generó críticas, Jesús lo aprobó. Nuestra decisión debe ser la de practicar el bien siempre sin importar que esto nos deje expuestos a elogios o críticas. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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"La casa se impregnó con la fragancia del perfume" (Jn 12, 3)
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Primera Lectura: Isaías 42, 1-7
"te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo"

Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamara, no voceará por las calle.

La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.

Así dice el Señor Dios, que creo y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que lo habita y el aliento a los que se mueven en ella.

Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.

Salmo responsorial: 26
"El señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado."

El Señor es li ley y mi salvación, / ¿a quien temeré? / El Señor es la defensa de mi vida, /¿Quién Me hará temblar?  R.

Si un ejercito acampa contra mí, / mi corazón no tiembla; / si me declaran la guerra, / me siento tranquilo.  R.

Una cosa pido al Señor, / eso buscaré: / habitar en la casa del Señor / por los dias de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, / contemplando su templo.  R.

Él me protegerá en su tienda / el día del peligro; / me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca.  R.

Evangelio: Juan 12, 1-11
María tomó una libra de perfume de nardo"

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él en la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? (Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando)

Entonces Jesús dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis con vosotros, pero a mi no siempre me tenéis.

Una muchedumbre de Judíos se entero de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
 


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