lunes, 21 de diciembre de 2015

Reflexión diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Lunes 21 de diciembre de 2015

"BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERES Y

 BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE"

La misión de María es tan importante y particular que la hace única entre todas las mujeres. A ninguna otra, Dios había pedido algo tan importante: ser madre del verbo encarnado. Por eso, Dios con ella tuvo un cuidado todo especial. Pidamos a María que nos ayude a prepararnos para recibir a Jesús como ella se dispuso. Creo que nadie mejor que ella se preparó para la navidad. Ella sabe qué necesitamos limpiar, qué necesitamos arreglar y qué necesitamos preparar para recibir bien al fruto de sus entrañas. Recibamos a María, que apresurada viene a nuestra casa para servirnos. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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"Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre" Lc 1, 42
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Primera Lectura: Cantar de los cantares 2,8-14
"Llega mi amado, saltando sobre los montes"

¡Oíd, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por los collados! Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo. Mirad: se ha parado detrás de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosías.

Habla mi amado y me dice: "¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido, brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos; apuntan los frutos en la higuera, la viña en flor difunde perfume. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura."

Salmo responsorial: 32

"Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.".

Dad gracias al Señor con la cítara, / tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; / cantadle un cántico nuevo, / acompañando los vítores con bordones. R.

El plan del Señor subsiste por siempre, / los proyectos de su corazón, de edad en edad. / Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, / el pueblo que él se escogió como heredad. R.

Nosotros aguardamos al Señor: / él es nuestro auxilio y escudo; / con él se alegra nuestro corazón, / en su santo nombre confiamos. R.


Evangelio: Lucas 1,39-45
"¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?"

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.".

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