sábado, 16 de enero de 2016

Reflexión Dominical del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Domingo 17 de enero de 2016

"EN CANÁ DE GALILEA JESÚS COMENZÓ SUS SIGNOS"

Jesús inicia su vida pública con un bellísimo milagro en las bodas de Cana. Es una gran epifanía de Dios también. Es allí que él empezó con sus enseñanzas y señales a despertar la fe en sus seguidores. Una figura central de este evangelio es María, madre de Jesús. Ella es mencionada antes que Jesús y eso nos deja entender que él y sus discípulos fueron invitados por causa de María. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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“Su madre dijo a los sirvientes: ‘Hagan todo lo que él les mande.’” (Jn. 2, 5).

¡Querido hermano, querida hermana, Paz y Bien!

Jesús inicia su vida pública con un bellísimo milagro en las bodas de Cana. Es una gran epifanía de Dios también. Es allí que él empezó con sus enseñanzas y señales a despertar la fe en sus seguidores.

Una figura central de este evangelio es María, madre de Jesús. Ella es mencionada antes que Jesús y eso nos deja entender que él y sus discípulos fueron invitados por causa de María. Creo que todos conocemos lo que sucedió allí. La atención de María, que siente la aflicción porque faltaba vino, su intercesión junto a Jesús, el milagro de la transformación del agua en vino...

Ciertamente todo esto es muy importante, y podríamos hablar mucho sobre cada uno de estos gestos, que son muy profundos y cargados de fuerza vital. Pero, siendo el inicio de la vida pública de Jesús, y ya que nosotros somos invitados a ser también discípulos de Cristo, viviendo con él una auténtica experiencia de fe, yo quiero reflexionar hoy acerca del pedido de María: “Hagan todo lo que él les mande.”

Creo que para nosotros también María puede ser la figura central. Ella quiere enseñarnos con qué disposición debemos hacer este camino con Cristo.

Muchos se acercan al Señor por curiosidad. Quieren ver su poder. Quieren escuchar historias bonitas. Quieren vivir nuevas emociones. Buscan un Jesús que dé shows, estarán algún tiempo con él y después encontrarán algo más divertido.

Otros se acercan a Jesús por interés. Necesitan algún milagro. Buscan sanaciones, resolver sus problemas, y nada más por eso, cuando alcanzan lo que quieren, harán otros planes...

Otros se acercan a Jesús para satisfacer sus carencias afectivas. Necesitan sentirse amados. Quieren alguien que les valorice, que les dé atención, pero si éste les corrige en alguna cosa, encuentran otro que le dé atención y ya no les importará tanto Jesús...

Otros están con Jesús por una cuestión cultural. La familia les enseñó así. Participan de la misa todos los domingos, pero una cosa es lo que escuchan en la iglesia y otra es lo que viven “afuera”. No le importa una moral cristiana, tienen sus propios objetivos y harán de todo para alcanzarlos.

Y hay muchos otros...

María aparece ya en el primer día de la vida pública de Jesús justamente para decirnos:“Hagan todo lo que él les mande.” Hoy de nuevo María, la madre de Jesús, nos desafía a hacer una verdadera experiencia de seguimiento de su Hijo. Ella sabe que no existe discípulo sin obediencia. Sería una ilusión decir que soy un cristiano si no quiero cumplir lo que me enseña Jesús. Por eso ella es muy clara: “Hagan todo lo que él les mande.” “Todo” dice ella. No 10%. No la mitad. No sólo lo que me gusta o lo que me conviene.

María conoce más que nadie en este mundo a su Hijo. Ella sabe que él no pedirá nada que sea un absurdo, ni mucho menos pedirá algo que nos va a hacer daño. Ella sabe que solamente su Hijo, con sus pedidos, puede hacer con que nunca falte el vino en nuestras vidas.

Sin embargo, si los servidores no hubieran obedecido a Jesús aquella fiesta hubiera sido un desastre. La tristeza, las críticas, las murmuraciones y hasta las peleas hubieran invadido aquel lugar.

“Hagan todo lo que él les mande” es la invitación de la Madre, preocupada con todos nosotros, que quiere nuestro bien y que sabe que el bien mayor para todos los hombres es hacer en nuestras vidas la voluntad de Dios.

Acojamos el consejo de María. Empecemos este camino de fe con Jesús dispuestos a escuchar sus palabras y practicarlas en nuestro cotidiano..

Que la Virgen María nos ayude a decir cada día: “Yo soy el servidor (la servidora) del Señor, hágase en mi según su palabra.”.

El Señor te bendiga y te guarde, 
El Señor haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti. 
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno. Mariosvaldo Florentino, capuchino.
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Primera Lectura: Isaías 62, 1-5
"La alegría que encuentra el esposo con su esposa"

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

Salmo responsorial: 95
(Escuchar el salmo y descargar mp3) Mp3




"Contad las maravillas del Señor a todas las naciones".

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria, contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. Decid a los pueblos: "El Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente." R.

Segunda Lectura: 1Corintios 12, 4-11
"El mismo y único Espíritu reparte a cada uno como a él le parece"

Hermanos: Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu.

Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.

El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

Evangelio: Juan 2, 1-11
"En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos"

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: "No les queda vino."

Jesús le contestó: "Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora." Su madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que él diga."

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dijo: "Llenad las tinajas de agua."

Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó: "Sacad ahora y llevádselo al mayordomo."

Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: "Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora."

Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él .

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