domingo, 3 de julio de 2016

Reflexión Dominical del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Domingo 03 de julio de 2016

"YO LES ENVÍO COMO OVEJAS EN MEDIO DE LOBOS."

Jesús da algunas instrucciones: estar atentos con los lobos, no llevar nada, no buscar a conocidos... "comer de lo que les sirvan". El misionero debe ser consciente de que quien lo envió no lo dejará solo, y la prueba de esta confianza es abandonarse a su providencia. Un Apóstol que se preocupa con lo que irá a comer en la misión, o cómo va a defenderse, o con otras cosas de este género, aun no entendió lo que significa ser un misionero cristiano. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


_______________________________________________________
Vayan, pero sepan que los envío como corderos en medio de lobos." (Lc 10, 3).

¡Querido hermano, querida hermana, Paz y Bien!

En la semana pasada hemos reflexionado sobre el seguimiento de Cristo, en este domingo la Iglesia nos presenta el ideal de la misión. Uno es consecuencia del otro. Las palabras discípulo y apóstol pueden ayudarnos a comprender mejor. Discípulo significa aquel que aprende, aquel que sigue. Apóstol significa aquel que es enviado. Así: un discípulo de Cristo es un alumno (seguidor) de él, y un Apóstol de Cristo, es un enviado de él.

Si en la semana pasada hablamos de algunos aspectos del ser discípulo, hoy el evangelio nos habla de las características del Apóstol. En primer lugar, el enviado no puede, él mismo, darse este encargo, necesita ser enviado por alguien. Es Dios quien elige, de entre sus discípulos, a aquellos que él desea enviar. Por eso ningún misionero lo es en nombre propio, sino que lo hace en nombre de quien lo ha enviado. Es muy importante que el misionero sepa que no debe anunciarse a sí mismo, que él es un instrumento, un portavoz y por eso debe estar muy atento para mantener la pureza del mensaje, sin contaminarlo con sus prejuicios o con sus ideas personales. Ser un Apóstol es muy exigente, pues requiere mucha humildad y docilidad a la voluntad de quien envía y un cuidado muy grande para no usurparle el puesto.

En un cierto modo, el Apóstol es llamado a no perder jamás la actitud de discípulo. Para evitar los peligros, el Señor los envía de dos en dos. El ideal cristiano del Apostolado no es solitario. Para la misión es muy importante la presencia del otro. Él será apoyo y compañía, pero también fuente de discernimiento y de confrontación, ambas cosas necesarias para no salir del camino. Los dos se completarán para el bien de la misión.

El misionero es llamado a ir a la frontera del cristianismo, esto es a los lugares donde el Señor aún no ha llegado. Estos pueden ser lugares muy distantes, pero también gente muy cercana, que aún no ha aceptado la presencia de Cristo. Cada uno debe estar atento a descubrir donde es "su tierra de misión": la propia familia, el lugar de trabajo, la comunidad parroquial, otras regiones del país, u otros países y hasta otros continentes.

Después, Jesús da algunas instrucciones: estar atentos con los lobos, no llevar nada, no buscar a conocidos... "comer de lo que les sirvan". El misionario debe ser consciente de que quien lo envió no lo dejará solo, y la prueba de esta confianza es abandonarse a su providencia. Un Apóstol que se preocupa con lo que irá a comer en la misión, o cómo va a defenderse, o con otras cosas de este género, aun no entendió lo que significa ser un misionero cristiano.

También en esto "coman de lo que les sirvan" podemos encontrar un buen principio de intercambio cultural. El misionero debe estar dispuesto a vivir la vida de donde él va, sin exigencias. Debe entrar con las costumbres de su nueva casa. Esta es la llave para llegar al corazón de quien le acoge. Jesucristo prometió que acompañaría la predicación de sus apóstoles con signos para que la gente crea. Por eso, una de las misiones del Apóstol es "sanar a los enfermos", señal de la compañía de Cristo. Es claro que este sanar puede tener muchos sentidos: como sanar la ceguera de la gente que no ve sus pecados, o que no reconoce la gracia y el amor de Dios. Pero sin dudas será también sanar físicamente a las personas. El Señor no deja jamás que la Palabra sea proclamada, sin que él realice maravillas en su pueblo.

Al final Jesús indica el contenido de la predicación: "digan a ese pueblo: El Reino de Dios ha llegado a ustedes." La presencia del misionero, la buena noticia de Jesús predicada, las sanaciones intervenidas por Dios, serán todas señales de que el Reino de Dios se hace presente allí.

Hermanos recemos por los misioneros, para que sean fieles a quien les envió, pero también pidamos que el Señor envíe muchos más, pues la "cosecha es mucha, y los obreros son pocos".

El Señor te bendiga y te guarde, 
El Señor haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti. 
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la Paz.
Hno. Mariosvaldo Florentino, capuchino.
_______________________________________________________

Primera Lectura: Isaías 66, 10-14c
"Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz"

Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto. Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes.

Porque así dice el Señor: «Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus siervos.».

Salmo responsorial: 65
(Escuchar el salmo y descargar mp3) Mp3




"Aclamad al Señor, tierra entera."

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre; cantad himnos a su gloria; decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!»  R.

Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. R.

Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente.  R.

Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo. Bendito sea Dios, que no rechazó mi suplica, ni me retiró su favor.  R.

Segunda Lectura: Gálatas 6, 14-18
"Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús"

Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado.

Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.

Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva.

La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.

En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.

Evangelio: Lucas 10, 1-12. 17-20
"Descansará sobre ellos vuestra paz"

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.

No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."

Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios."

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo."

Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre."

Él les contestó: "Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.

Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo."
 

0 comentarios:

Publicar un comentario