martes, 27 de septiembre de 2016

Reflexión diaria de la Palabra de Dios

REFLEXIÓN DIARIA DE LA PALABRA DE DIOS.

Martes 27 de septiembre de 2016

EL LIBRO DE JOB NOS INVITA A NO QUEDARNOS EN NUESTRO DOLOR

Por Fray Nelson Medina, OP.

 El papel de la Biblia no es sólo decirnos cosas amables, nos ayuda a darle un cauce a nuestro dolor y frustración; para que sigamos y encontremos a un Dios que siempre nos desborda con sus planes.


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Primera Lectura: Job 3, 1-3. 11-17. 20-23
"¿Por qué dio luz a un desgraciado?"

Job abrió la boca y maldijo su día diciendo:

"¡Muera el día en que nací, la noche que dijo: "Se ha concebido un varón"!

¿Por qué al salir del vientre no morí o perecí al salir de las entrañas? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me dieron de mamar?

Ahora dormiría tranquilo, descansaría en paz, lo mismo que los reyes de la tierra que se alzan mausoleos, o como los nobles que amontonan oro y plata en sus palacios.

Ahora sería un aborto enterrado, una criatura que no llegó a ver la luz.

Allí acaba el tumulto de los malvados, allí reposan los que están rendidos.

¿Por qué dio luz a un desgraciado y vida al que la pasa en amargura, al que ansía la muerte que no llega y escarba buscándola más que un tesoro, al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir sepultura, al hombre que no encuentra camino porque Dios le cerró la salida?"

Salmo responsorial: 87
"Llegue hasta ti mi súplica, Señor."

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, / de noche grito en tu presencia; / llegue hasta ti mi súplica, / inclina tu oído a mi clamor.  R.

Porque mi alma está colmada de desdichas, / y mi vida está al borde del abismo; / ya me cuentan con los que bajan a la fosa, / soy como un inválido.  R.

Tengo mi cama entre los muertos, / como los caídos que yacen en el sepulcro, / de los cuales ya no guardas memoria, / porque fueron arrancados de tu mano.  R.

Me has colocado en lo hondo de la fosa, / en las tinieblas del fondo; / tu cólera pesa sobre mí, / me echas encima todas tus olas.  R.

Evangelio: Lucas 9, 51-56
Tomó la decisión de ir a Jerusalén"

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?" El se volvió y les regañó, y dijo: "No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos".


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