viernes, 23 de septiembre de 2016

Reflexión diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Viernes 23 de septiembre de 2016

"EL HIJO DEL HOMBRE TIENE QUE PADECER MUCHO."

Ciertamente todos ya escuchamos la frase que dice “el salario del amor es el dolor”. Sabemos que el amor nos lleva a la plenitud, nos realiza profundamente, pero sabemos también que quien ama, acaba siempre pasando por experiencias dolorosas… y es justamente la capacidad de asumir el dolor la que demuestra la intensidad del amor. Con Jesús, amor que se hizo carne, no podía ser diferente. Nunca hubiéramos conocido la grandeza de su amor, sin el misterio de su pasión y muerte en la cruz… y Jesús sabía de esto. Sufrir, abrazar la cruz nunca es fácil, pero el amor le da sentido. Experiméntalo. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


______________________________________________________________________
"El Hijo del hombre tiene que padecer mucho." (Lc 9, 22)
______________________________________________________________________

Primera Lectura: Eclesiastés 3, 1-11
"Todas las tareas bajo el sol tienen su sazón"

Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. ¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para afligirlos: todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que pensara; pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin.

Salmo responsorial: 143
"Bendito el Señor, mi Roca."

Bendito el Señor, mi Roca, / mi bienhechor, mi alcázar, / baluarte donde me pongo a salvo, / mi escudo y mi refugio.  R.

Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?; / ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? / El hombre es igual que un soplo; / sus días, una sombra que pasa.  R.

Evangelio: Lucas 9, 18-22
Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho"

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas". El les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Pedro tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios". El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar el tercer día".
 


0 comentarios:

Publicar un comentario