jueves, 1 de septiembre de 2016

Reflexión diaria del Evangelio

REFLEXIÓN DIARIA DEL EVANGELIO.

Jueves 01 de septiembre de 2016

"NAVEGA MAR ADENTRO Y HECHA LAS REDES..."

Dios es siempre sorprendente. Después de una noche sin pescar nada, cansados y frustrados, Jesús pide que se navegue mar adentro para echar de nuevo las redes. Muchos hubieran dicho de no. Otros hubieron pensado: si pare él nada es imposible que haga los peces venir hasta aquí en la orilla: ¿para qué tanto esfuerzo de remar hasta lo profundo? Sin embargo, Dios se dispone a ayudarnos cuando confiamos en él y estamos dispuestos a poner también nuestro esfuerzo. El Señor hace milagros pero nosotros debemos obedecerlo y remar mar adentro. Si somos capaces de escucharlo aun cansados y frustrados, Dios no fallará. Paz y bien.

Por el Hno. Mariosvaldo Florentino, OFMCap.


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"Navega mar adentro y hecha las redes..." (Lc 5, 4)
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Primera Lectura: 1Corintios 3, 18-23
"Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios"

Hermanos: Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.

Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: "Él caza a los sabios en su astucia." Y también: "El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos."

Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

Salmo responsorial: 23
"Del Señor es la tierra y cuanto la llena."

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, / el orbe y todos sus habitantes: / él la fundó sobre los mares, / él la afianzó sobre los ríos.  R.

¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos.  R.

Ése recibirá la bendición del Señor, / le hará justicia el Dios de salvación. / Éste es el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia, Dios de Jacob.  R.

Evangelio: Lucas 5, 1-11
Dejándolo todo, lo siguieron."

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro y echad las redes para pescar". Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes". Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador". Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas: desde ahora serás pescador de hombres". Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
 



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